
Es tan dulce esta niña. Demasiado responsable para la edad que tiene. Frágil, en apareciencia, pero fuerte. Ama a los caballos más que a nada en el mundo. Se está haciendo mayor y pocos a su alrededor parecen apreciarlo. Nos necesitamos mutuamente, ella porque la comprendo, yo porque al observarla y verla crecer siento que hago bien mi trabajo.
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