domingo, 17 de febrero de 2008

¿Quien muere?


"Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no oye música, quien no encuentra gracia en sí mismo. Muere lentamente quien destruye su amor propio, quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del hábito, repitiendo todos los días los mismos trayectos, quien no cambia de marca, no arriesga vestir un color nuevo y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión, quien prefiere el negro sobre blanco y los puntos sobre las "ies" a un remolino de emociones, justamente las que rescatan el brillo de los ojos, sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos y sentimientos.

Muere lentamente quien no voltea la mesa cuando está infeliz en el trabajo, quien no arriesga lo cierto por lo incierto para ir detrás de un sueño, quien no se permite por lo menos una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente, quien pasa los días quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante. Muere lentamente, quien abandonando un proyecto antes de iniciarlo, no preguntando de un asunto que desconoce o no respondiendo cuando le indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas, recordando siempre que estar vivo exige un esfuerzo mucho mayor que el simple hecho de respirar. Solamente la ardiente paciencia hará que conquistemos una espléndida felicidad."
Pablo Neruda.
Personalmente, ME NIEGO A MORIR LENTAMENTE.

lunes, 11 de febrero de 2008

Las cuatro y diez

Pasa el tiempo y sigo emocionándome al escucharla. No puedo evitarlo. Es puro sentimiento y yo, en el fondo soy una romántica...

martes, 5 de febrero de 2008

"La gorda"

Aunque una a veces parezca de piedra y ante ciertos comentarios ni se inmute, lo cierto es que no es así. Ayer, una persona a la que aprecio mucho me dijo que lo único que conseguía con mi actitud hacia la comida era hacerme daño. Bufffffffffffffffffff, nunca me lo había planteado de esa manera pero tiene razón. Ahora me siento culpable y no hay nadie cerca con quien desahogarse porque es mi tema tabú. Alguien que me conozca nedianamente sabe que jamás deberá sacarlo en mi presencia si no quiere desencadenar una tormenta.

La sociedad considera la anorexia una enfermedad, existen clínicas para combatirla y luchar contra ella. Me parece estupendo. El caso contrario, la obesidad, produce rechazo. Estás así porque te da la gana y punto.Los obesos también nos morimos por culpa de nuestra enfermedad. ¿Es que nadie se da cuenta?. Erróneamente se piensa que una dieta es suficiente pero si la anorexia necesita tratamiento psicológico, lo mismo ocurre con la obesidad. En mi caso es la pescadilla que se muerde la cola. Rechazo= comida; comida= culpa; culpa= más comida; más comida= más peso; más peso= más rechazo y vuelta a empezar.

Me he pasado la vida, desde que tengo uso de razón, haciendo una dieta tras otra. Mientras mis hermanas se comían su pan con chocolate yo me tenía que conformar con una manzana, así día tras día durante toda mi infancia. Evidentemente estaba tan harta, porque seguía siendo "la gorda", que en cuanto pude mandé las dietas "al carallo" y empecé a comer todo lo que me había sido negado durante años. Entonces sí fui de verdad "la gorda". Nadie se dió cuenta de la espiral en la que me estaba metiendo. Un médico, incluso me llegó a decir que en los campos de concentración no había gordos. Como si fuera tan fácil adelgazar o a mí me gustase estar como estaba!!!

Gracias a la acupuntura y a la fuerza de voluntad, conseguí bajar una porrada de kilos. Me sentía genial, pero el problema de base seguía y con el tiempo volví a recuperar unos cuantos. Desde entonces lucho continuamente contra mi misma en un combate sin fin en el que unas veces gano yo y otras, las más, gana el rechazo y la historia se repite.

Hasta ayer no había sido consciente de que cada vez que intento llenar un vacío lo que hago realmente es castigarme. No me siento feliz con ello. Continuamente me siento observada y juzgada. Tengo que quererme y necesito un esfuerzo brutal para hacerlo porque continuamente, la sociedad me hace sentir inferior obligandome a demostrar, a mí misma y a ellos, que no es así. Hay días en los que me gustaría ser invisible y desaparecer. NO PIENSO HACERLO. Intentaré no olvidar el comentario de mi amiga y le pediré que me lo recuerde a menudo, por si acaso...