domingo, 23 de diciembre de 2007

No puc més

Cuando decía que odiaba la navidad por algo era. Mi cuerpo es demasiado listo y me estaba dando pistas. Acabo de saberlo. Lo único que me gusta de estas fiestas se ha cancelado. Joder, para una persona con la que realmente estoy a gusto estos días no voy a poder verla. Por eso no me gustan. Te reúnes siempre con la misma gente y ésta poco a poco va desapareciendo dejando un vacío inmenso y la frustacion de no poder hacer nada.
Mi agu, mi mami, y ahora M. Jolines, no es justo. Me metería en la cama y no me levantaria hasta el día 7. No quiero ver a nadie. No quiero querer nunca más a nadie. Quiero desaparecer, irme lejos, sola. No quiero celebrar unas fiestas que lo único que me producen es dolor y más dolor. He llegado a un punto en el que no puedo más. Estoy harta de decepciones, de ilusiones, de sueños, de promesas incumplidas, de intentar olvidar y ser feliz. Es inutil. La historia, antes o despues, siempre se repite.

viernes, 21 de diciembre de 2007

"Feliz" Navidad

Odio la Navidad. Aunque lo intento no soy capaz de fingir. Sé que mucha gente piensa como yo pero pocos lo reconocen públicamente y siguen repartiendo besos a diestro y siniestro. Nunca me han gustado los besos de rigor. Los besos se dan porque apetece, porque la persona que los recibe los merece. No por cortesía. Con los regalos pasa exactamente igual. Al final uno se siente obligado a hacerlos. Sin un duro pero claro...

Pues ya me he cansado. Este año no pienso sonreir si no me apetece, no pienso hacer ni un regalo de más y si no fuera porque no quiero hacerle daño a mi padre me quedaría todas las "fiestas" sola en casa, calentita y fumando a mi antojo.

Porque esa es otra, encima de tener que aguantar las tonterías de los petardos de turno no enciendas un cigarrillo, no vayas a crear un conflicto familiar. Da igual si fuera hace un frío de mil demonios, si quieres fumar, a la puta calle.

En fin, que pase rapidito y, a poder ser, sin molestarme demasiado.

jueves, 20 de diciembre de 2007

Más Rebelitas


Es tan dulce esta niña. Demasiado responsable para la edad que tiene. Frágil, en apareciencia, pero fuerte. Ama a los caballos más que a nada en el mundo. Se está haciendo mayor y pocos a su alrededor parecen apreciarlo. Nos necesitamos mutuamente, ella porque la comprendo, yo porque al observarla y verla crecer siento que hago bien mi trabajo.

martes, 18 de diciembre de 2007

Mas de cien mentiras

"Tenemos memoria, tenemos amigos,
tenemos los trenes, la risa, los bares
tenemos la duda y la fe, sumo y sigo,
tenemos moteles, garitos, altares.

Tenemos urgencias, amores que matan,
tenemos silencio, tabaco, razones,
tenemos Venecia, tenemos Manhatan,
tenemos cenizas de revoluciones.

Tenemos zapatos, orugullo, presente,
tenemos costumbres, pudores, jadeos,
tenemos la boca, la lengua, los dientes,
saliva, cinismo, locura deseo.

Tenemos el sexo y el rock y la droga,
los pies en el barro y el grito en en cielo
tenemos Quintero, León y Quiroga
y un "bisnes" pendiente con Pedro Botero..."

Éstas y muchas más son las razones que mi héroe esgrime "para no cortarse de un tajo las venas". Algunas ciertas, otras no tanto. Para mí se olvida de la principal, uno mismo.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Mi Rincón

Durante mis primeros años en Compos no fui capaz de apreciar toda su belleza. Siendo de "LaCoru" estaba demasiado infuenciada por el rencor colectivo hacia esa maravillosa ciudad.
El irme de casa por primera vez fue duro, los viernes no llegaban nunca y prefería madrugar el lunes antes de pasar una noche más en un lugar donde "sólo había iglesias". Que equivocada estaba. Los años pasaron, empecé a abrir los ojos y, ¡¡¡ohhhhhhhh milagro!!!, descubrí Santiago. Sus secretos, sus piedras, sus bares (como no) y mi rincón.

Sí, era mío, única y exclusivamente mío. No me gustaba ir con nadie. Su silencio sólo era alterado muy de vez en cuando y entonces me iba. Porque eran su paz y su silencio lo que más me atraía. En mi rincón podía llorar a gusto sin miedo a ser descubierta, podía pensar y fantaseaba sobre las personas que habrían pasado por allí antes. Sobre sus historias, su felicidad, su dolor, sus vidas.

Muy de vez en cuando me subo a un tren y regreso a Santiago. Muchas cosas han cambiado. Ya no hay tantos amigos y algunos de mis bares favoritos han cerrado pero mi rincón sigue allí, esperándome, resistiéndose a mostrar su belleza a corazones insensibles incapaces de apreciarla.

En "LaCoru", después de tanto tiempo, todavía no he encontrado un rincón.

viernes, 14 de diciembre de 2007

Rebelitas



Hoy la adorable niña de mis ojos me sorprendió con este regalo. Me hizo tanta ilusión que tenía que enseñarlo.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Pequeño desahogo


Manda moito carallo. A mis años estoy siendo juzgada por una "profesora" de inglés inutil a la que pago por aprender. Es increible, vamos!!!. Lo que tiene una que aguantar. Buffffffffff, echo humo por las orejas. Resulta que ahora no se puede opinar.

Pues tía enterate que mi derecho a decir lo que pienso no me lo va a quitar nadie. Te guste o no lo que diga. Sólo faltaría. Pues sí, es cierto, no hay alumnos malos, hay muy malos profesores. Y que conste que pertenezco al gremio, eso sí, mientras tú has hecho un curso de capacitacion pedagógica de tres meses, yo me he pasado tres años en la facultad de educación. Maravillosos, por cierto.

¿Acaso nunca te han enseñado a respetar la opinión de los demás? Pues ya tienes años para saberlo, guapa.

En fin, va a aguantar otra de tus clases Rita porque lo que es a mí no vas a verme el careto ni un jueves más.

A veces

A veces me pregunto cuando voy a dejar atrás esa manía mía de preocuparme innecesariamente por los demás. Mi pepito grillo no me deja. Lo intento, vaya si lo intento pero cuando creo que lo tengo dominado, otra vez vuelta a lo mismo. A mi me va al pelo eso de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra.

A veces también me pregunto cuando dejaré de dar tumbos y encontraré por fin mi camino, si es que hay camino. A estas alturas de mi vida, a punto de cumplir años, por más que lo busco no logro verlo. Joder, niña que ya son horas -me digo. Pero nada, que el condenado no se deja encontrar.

Necesito estar en continuo movimiento, siempre curioseando, descubriendo, picando un poco de esto, otro poco de aquello sin decidirme nunca por nada. Lo jodido es que no desconozco el motivo. No es fácil reconocerlo ni me gusta hacerlo pero tengo MIEDO.

Miedo. ¿A qué?, ¿Por qué?. No lo sé. Se supone que soy valiente o eso me han dicho. No me lo creo. He pasado por malas épocas, como todo el mundo, y las he superado porque sí, porque me gusta que me quieran por lo que soy y no por mis circunstancias, aborrezco la compasión y más aún la autocompasión. Soy fuerte, no valiente.

Valiente fue mi "abu". Pasó por mil y una penurias. En una época donde lo más fácil, tras abandonar a un marido borracho y cabrón, hubiese sido dejar a sus hijas en un hospicio, se armó de valor y trabajando de sol a sol (literalmente) las sacó adelante. Luchó contra su propio dolor ante la enfermadad de su hija más pequeña, mi madre , haciendo más de lo que su cuerpo y su corazón le permitían. No la oí quejarse jamás. Tenía una sonrisa dulce y hermosa, tranquila, con esa paz que transmiten las personas buenas. Mi abuela era mi ángel, mi paño de lágrimas, mi complice, la persona a la que más he querido y a la que más he hecho sufrir. Murió entre mis brazos, y aunque suene macabro ese ha sido el mejor regalo que he recibido nunca. No podría vivir sabiendo que estaba sola cuando nos dejó.

GRACIAS, "ABU"

martes, 11 de diciembre de 2007

Aquellas pequeñas cosas





Esta mañana, me he despertado tempranísimo (debe ser que me estoy haciendo mayor) y el día se me está haciendo muy largo. Me ha dado tiempo, incluso, a desayunar fuera de casa antes de mi práctica automovilística diaría. Todo iba bien, hasta que al subir al coche me encuentro con la señora de la práctica anterior. Muy maja ella, pero hubiera estado mejor calladita!!!!. Joder, como hablaba, y yo sin dar una. Casi choco dos veces, menos mal que el "profe" tiene paciencia porque vamos....

Luego vino el cafelito con mi adorada "little sister", al que por supuesto tuve que invitar yo, la más probre de la familia. Cuando ya la mañana parecía perdida y el mal humor asomaba por cada poro, (no soporto el mes de diciembre, me estresa) un encuentro casual me llevó de vuelta a mis años de colegio.


Pasé parte de mi infancia y toda mi adolescencia en el mejor cole del mundo. Hoy ya no existe, una pena, porque siempre había pensado en llevar allí a mis hipotéticos retoños. Está situado a las afueras de LaCoru, en un sitio precioso. Digo está porque aún sigue allí, pero vacío, triste y solo. Da mucha pena verlo así.


Guardo muchos y muy buenos recuerdos de aquella gran familia que erámos. Nos conocíamos todos y nadie era más que nadie. Si había fiesta, al terminar, te quedabas a recoger más feliz que unas castañuelas. Que un curso se iba de excursión (menudos viajecitos nos pegábamos!) y recaudaba dinerillo haciendo una función, pues allí estabamos todos, para bien y para mal. No teníamos "seños", y el usted no formaba parte de nuestro vocabulario. Los extraños no existían y a los recien llegados los acogíamos como si desde siempre hubiesen formado parte de nuestras vidas.
En Videlba me reí (una vez me hecharon de clase por eso, jajajja), lloré, discutí (¡como no!), me peleé y empezé a convertirme en la persona que soy. Gran parte de ello se lo debo Ángeles, Lourdes, Cármen A., Cármen T., Ánxeles, Alicia y mi querida profe de gimnasia, Isabel. También a las que nunca me dieron clase, como Amara o Cármen B. Y los compis, que decir de ellos, (algunos me lo hicieron pasar realmente mal pero entre críos ya se sabe) que un día el cole se terminó, nos separamos y sólo en ocasiones como la de de hoy nuestros caminos se cruzan, el tiempo se detiene y rememoramos con cariño y añoranza aquellos años vividos, deseando volver a reunirnos todos de nuevo y ser niños otra vez.
Ojalá algún día pueda trabajar en un cole igual.






lunes, 10 de diciembre de 2007

Y cuando vuelves hay fiesta en la cocina...

La lluvia me impidió disfrutar de ti. Ya no llueve. Desde hace un rato hay fiesta en mi cocina. Juntos, los dos, pero sobre todo tú, mi Dios, mi religión, mi vida.
Por un instante me olvido de todo. Te siento cerca. Nada me importa cuando te escucho. Por arte de magia los problemas desaparecen. Como no imaginarte, como no recordarte...,


Yo no quiero un amor civilizado
con recibos y escena del sofá
Yo no quiero que viajes al pasado
y vuelvas del mercado con ganas de llorar
Yo no quiero vecinas con puchero
Yo no quiero sembrar y compartir
Yo no quiero 14 de febrero, ni cumpleaños feliz
Yo no quiero cargar con tus maletas
Yo no quiero q elijas mi champú
Yo no quiero mudarme de planeta,
cortarme la coleta, brindar a su salud
Yo no quiero domingos por la tarde
Yo no quiero columpio en el jardín

Lo que yo quiero corazon cobarde
es que mueras por mí
Y morirme contigo si te matas
y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
porque amores que matan nunca mueren

Yo no quiero juntar para mañana
nunca supe llegar a fin de mes
Yo no quiero comerme una manzana
dos veces por semana sin ganas de comer
Yo no quiero calor de invernadero
Yo no quiero besar tu cicatriz
Yo no quiero París con aguacero
ni Venecia sin tí
No me esperes a las doce en el juzagado
No me digas volvamos a empezar
Yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pecado
ni orgullo ni piedad
Yo no quiero saber pq lo hiciste
Yo no quiero contigo ni sin ti

Lo que yo quiero muchacha de ojos tristes
es que mueras por mí
Y morirme contigo si te matas
Y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores q matan nunca mueren

Y morirme contio si te matas
Y matarme contigo si te mueres
Porque el amor cuando no muere mata
Porque amores que matan nunca mueren

Porque amores que matan nunca mueren
Y morirme contigo si te matas...

Joaquín, Gracias por este regalo. Gracias por existir.