sábado, 31 de mayo de 2008

NO ESTÉS TRISTE

Para tí, Ninfa

Prueba a ser una nube, a flotar, alcotán sobre praderas.
Prueba a surcar ríos, a luchar por ellos,
A sentirte arcilla y caña de ribera.
Laurel en gota que espejea
Y errar cometa vegetal sin hilos
Prueba a surcar ríos aunque el agua solo llegue a tus rodillas
O te cubra y esté fría.

Verás que hay más
Que la corona de espinas bajo la que te resguardas,
Verás que hay más,
Verás que el mundo gira más.

Por eso no estés triste, amor.
Por eso no estés triste
Por eso no estés triste amor,
Que no estés triste.

Antes que la tristeza sea de suela de zapato
Humildad y camino
O letra de abecedario,
Ser látigo y restallar a la modorra los sentimientos,
Ladera para que resbalen las penas.

Por eso no estés triste, amor.
Por eso no estés triste
Por eso no estés triste amor,
Que no estés triste.

Prueba a ser arlequín,
Regalar inasible tu entereza.
Prueba a surcar ríos, a luchar por ellos,
Sentir que reverdeces, que creces en la entrega.
Tropel, caudal de mieles turbias,
Barquito liberado a la corriente.
Prueba a surcar ríos aunque sean ramblas de cantos
Si consigues alejarte de ti misma.

Verás que hay más
Que son rosarios de lamentos bajo los que te marchitas,
Verás que hay más
Verás que el mundo gira más.

Por eso no estés triste, amor.
Por eso no estés triste
Por eso no estés triste amor,
Que no estés triste.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Premio con encargo

Pues nada, otro premio, "El árbol de la felicidad", para sumar a la colección. Esta vez no viene solo, consigo trae una serie de normas,
de las cuales siguiendo mi línea, solo cumpliré un par de ellas. Nombraré a la persona que me lo concedió , Chuspi , y escribiré 6 cosas que me gusta mucho hacer y otras 6 que no me importan.
Bueno, pues allá vamos,

Cosas que me gustan mucho, creo que serán más de 6.

* Escuchar a Sabina, si puede ser en directo mejor. Sus letras me transportan, en ocasiones me arrancan sonrisas, en otras lágrimas. Nunca me dejan indiferente, da igual las veces que las escuche.
* Ver las puestas de Sol desde las rocas de La Casa de los Peces, en junio son interminables. Decir de ellas que son hermosas es poco. Por supuesto esto hay que hacerlo solo, en compañía pierden encanto.
* Disfrutar de un buen libro a la sombra de un árbol.
* Estar rodeada de niñ@s.
* El verano.
* Hacer feliz a la gente que me importa y que realmente se lo merece.
* El olor a café recien hecho.
* Seguir al Depor allá donde vaya aunque ahora no lo haga tan a menudo.

Cosas que no me importan

* Dejar un libro o una peli a medias si no me aporta nada.
* La política, de hecho la aborrezco.
* La moda, me gusta ir por libre.
* Esperar, con paciencia todo llega.
* Comerme el orgullo si con eso consigo evitar un problema.
* El orden.
Me ha costado un poquillo porque son muchas las cosas que me gustan pero el esfuerzo de escoger las que más ha merecido la pena. Gracias Chuspiña.

sábado, 10 de mayo de 2008

Yo me bajo en Atocha

Pocos días después de publicar la última entrada, recibí una llamada inesperada. Mi mejor amiga de la infancia me invitaba a pasar con ella y su familia unos días de vacaciones en el pueblo donde ahora vive. No aceptaba un no por respuesta, asi que me lié la manta a la cabeza y entre una cosa y otra me vi obligada a abandonar mi pequeño rinconcito por una temporada. Aquí estoy otra vez, con las pilas cargadas dispuesta a dar mucha guerra y con la certeza de que "nunca jamás" abandonaré mis sueños.


En este viaje aprendí que hay que darle tiempo al tiempo, que aquello que más deseamos siempre llega, en el momento más inesperado y cuando menos te lo esperas. ¿Quién me iba a decir a mí, cuando llegué a la estación de Atocha, camino de Zaragoza, que iba a toparme con la persona más importante de mi vida? Podía haberme cruzado con cualquiera pero el destino quiso que fuera con él. Lo puso en mi camino, literalmente. Nuestras miradas se encontraron y mi cara de asombro, felicidad y a saber cuantas cosas más, hizo que se dirigiera hacia mí con la mejor de sus sonrisas. Es imposible explicar lo que sentí en ese momento. Se acercó, me plantó dos besos en las mejillas (no he vuelto a lavarme la cara desde entonces, jajajaja) y subí al cielo. Aún sigo allí. Incapaza de articular palabra sólo pude decirle, "es que..., es que..., es que... ". Da igual. Lo ví, lo toqué, lo escuché. Indescriptible. Ese día fue el más feliz de mi vida.